Al final, el yo transpersonal llega un punto en el que se da cuenta de sus límites: yo no soy nada, yo no puedo nada, yo no sé nada. 

Para conocernos mejor y desde un punto de vista objetivo, podríamos distinguir tres niveles: el yo personal (hijo), el yo transpersonal (que incluye al yo personal) y el yo esencial.

Los cuatro egos: 

• Corporal
• Sexual – Creativa
• Emocional 
• Intelectual

Estas energías se manifiestan en el ego y en el yo transpersonal.

En un primer momento, la mirada sobre el ego es ciertamente dolorosa porque reconoce la pequeñez de nuestra identidad ilusoria: yo no soy esto. Sucede algo similar a quienes se inician en meditación, se torna casi imposible el absoluto silencio, se agita la mente, vienen recuerdos y emociones, y el cuerpo impaciente e incómodo poco acostumbrado a la inmovilidad.

Todas las vías de desarrollo personal parten del ego, pasan por él yo transpersonal y desembocan en el yo social. Cualquier salto en tu desarrollo emocional e intelectual sólo se manifestará a través de la voluntad.

Comprendiendo como actúa el ego en us diferentes fases o niveles, nos damos cuenta que la moda “new age” de matar el ego no es mas que una etiqueta mas para la colección (en buena onda 😜 )

A continuación tienes un resumen de cada uno de estos cuatro egos y sus dos vertientes: una personal y otra transpersonal

1. El ego corporal

Personal: aspira a la inmortalidad, a la salud infalible, a la eterna juventud, la vulnerabilidad, a la abundancia y a la riqueza.

Transpersonal: acepta la enfermedad, la vejez y la muerte, aunque dándose cuenta de que la humanidad, ensimismo, es inmortal.

2. El ego sexual -creativo

Personal: ya sea para hacerlo todo, crearlo todo. Aspira a ser el mejor amante, el artista más grande, el más formidable curandero y también aplastar a todos sus competidores. Busca la satisfacción y la victoria.

Transpersonal: aprende a limitar sus apetitos y a colaborarle en actos de creación colectiva, percibiendo claramente que nada de lo que él haya creado le pertenece y que él es un simple canal. Es el arte sagrado, la acción útil, la sexualidad sana como medio de unión con lo divino.

3. El ego emocional

Personal: desea amar en exclusiva y ser amado con exclusión de todos los demás. Confunde el amor con la posesión.

Transpersonal: comprende que el amor es universal y aprende a transmitir lo que recibe: lo que le dan, lo distribuye. Ha tenido la experiencia de un amor sin poseciones ni fronteras, donde todos los demás son lo mismo que él (el amor crítico). Si coges arena y la pones en tu mano cerrada, no tienes más que un puñado de arena pero si la abres, toda la arena del desierto podría pasar entre tus dedos (proverbio árabe).

4. El ego intelectual

Personal: debe explicarlo todo, controlarlo todo desmenuzarlo todo. Se aferra a sus creencias y a sus opiniones y teme, por encima de cualquier otra cosa, a la locura.

Transpersonal aprende a callarse y escuchar. Renuncia a entenderlo todo para poder captar la noción de todo, como se sugiere en ese proverbio africano que dice: la verdad no está en una sola cabeza. Se pasa entonces de creer a conocer, como respondió el Santo India en el siglo XIX Ramakrishna el ser preguntado por su fe: yo no creo en dios yo lo conozco.

Al final, el yo transpersonal llega un punto en el que se da cuenta de sus límites: yo no soy nada, yo no puedo nada, yo no sé nada. 

Es entonces cuando se reencuentra con su origen, el uno mismo, que dice yo soy todo, yo puedo todo, yo sé todo. 

En ese centro unitario total, no existe la vejez: lo único que hay es una eterna juventud. 

Nada de ignorancia: es la sabiduría total. Nada de carencias: es abundancia total. 

Nada de individualismo: es totalidad Unida.

Si te ha gustado este post, busca el libro de Alejandro Jodorowsky Metagenealogía, donde explica de manera contundente acerca de estos aspectos del ego y del yo personal y transpersonal.

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