Estas heridas se producen por experiencias acumuladas con nuestrxs padres o con quienes se hacían cargo de nosotros a temprana edad y nos dejarán huella. Seran la forma en la que veremos la vida hasta que éstas sean sanadas.

 ¿Qué son las heridas de la infancia?

Desde nuestra gestación y a medida que nos vamos haciendo adultxs, las heridas emocionales de la infancia se quedan grabadas en nuestro subconsciente y éstas influyen y condicionan nuestra relación con nosotrxs mismxs y también nuestras relaciones interpersonales, marcan nuestro carácter nuestros deseos, impulsos y nuestra calidad de vida.

Los efectos de estas heridas se manifestan de diferentes maneras: ansiedad, depresión, baja autoestima, desmotivación, conformismo, dependencia emocional, fracaso en las relaciones afectivas etc.

Aun cuando estas heridas estén muy latentes, no es nuestro rol culpar a quienes estuvieron a nuestro cargo. Es mas bien nuestra obligación, al hacernos conscientes de ellas, sanar y soltarlas como el adulto responsable que somos y el gran amor que nos tenemos.

Nos toca desaprender la forma en la que nos hemos ido protegiendo y reaccionando del exterior y aprender a responder de una forma que nos permita estar bien y en sintonía con nosotros mismos.

En mi Programa Despertar, trabajamos cada una en profundidad y de manera personalizada, sin embargo, hoy te hago este resumen para que puedas ir integrando estos conceptos y te sean útiles para tu evolución personal.

Ejemplos de heridas de la infancia

Existen muchas consecuencias a causa de estas heridas, algunas de ellas son:

• No abrirnos de manera íntima.
• Sentirnos vacíos e insuficientes.
• Vivir historias repetitivas. 
• Negar y no llenar mis verdaderas necesidades. 
• Sobrevivir de manera automática, sin cuestionarnos nada.

 

Principales heridas de la infancia

ABANDONO: 

• Temor a la Soledad
• Dependencia emocional
• Sientes que las personas no te quieren y no te valoran

RECHAZO: 

• Sientes que no perteneces a ningún sitio
• Tienes un enojo muy fuerte con el progenitor de tu mismo sexo
• Sientes rechazo a ti mismo dudando de tu capacidad o sintiendo miedo a ser rechazado

HUMILLACIÓN: 

• Te cuesta aceptarte
• Te cuesta trabajo ver y llenar tus propias necesidades
• Sueles ser la ambulancia, paño de lágrimas y rescatadorx de otrxs

TRAICION: 

• Quieres controlar todo
• No sabes o te cuesta confiar, aunque la confianza esté probada
• Siempre tienes altas expectativas de todo y de todos

INJUSTICIA: 

• No puedes expresar tus emociones
• Te cuesta ser espontáneo y hacer cosas divertidas.
• Eres muy sensible pero no permites salir a tus emociones

De estas heridas, selecciona 1 o 2 con las que te sientas mas identificadx y comenzaremos a sanar, a decirle adiós a este dolor que ya no nos nutre y simplemente bloquea todo lo bueno que se encuentra del otro lado del velo.

ALGUNAS PAUTAS PARA COMENZAR A TRABAJAR EN ELLAS

ACEPTAR: Es el primer paso para poder integrar esta herida y saber que somos capaces de sanar.

DECISIÓN: Hacernos conscientes y saber que con paciencia, compasión, comprensión y amor propio podemos re crear nuestra realidad.

PERMITE: Permítete sentir rabia, frustración, enojo, contigo y con quienes formaron parte de tu infancia para poder perdonarlos y perdonarte desde el fondo del corazón.

APRENDE: Convierte a estas heridas que fueron tus verdugos, en maestras que te ayudan a pulir tu mejor versión.

SUELTA: Libérate, comienza de cero, no te victimices y date el permiso de vivir una vida auténtica, siendo tu propio soporte.

Recuerda que la vida que sueñas, está del otro lado del miedo, una vez que elevas tu conciencia “el mundo soñado” comienza a gestarse y todo a su vez a tomar una forma coherente de acuerdo a la música de tu alma.

Pide ayuda, apóyate en herramientas y terapias que resuenen contigo, no estas solx,

 ¡Tú Puedes!